de SICE, el desarrollo de la empresa ha estado muy vinculado al de la propia ciudad de Madrid. Desde principios de siglo, SICE ha trabajado para el Ayuntamiento de Madrid, especialmente en el área de alumbrado y en la regulación del tráfico.
el proyecto de modernización del alumbrado público fue lento, pero constante. La Guerra Civil lo interrumpió y no fue hasta los años 40 cuando se reactivaron las luces en las calles, aunque de forma paulatina, ya que la escasez y la pobreza de aquellos años no permitía un gasto tan importante. Por entonces todavía existían muchas calles con faroles de gas y aceite, que la inversión pública permitió sustituir poco a poco por alumbrado eléctrico a partir de los años 50, desapareciendo los anteriores ya bien entrada la década de los 60s. Las instalaciones de mediados del siglo XX iluminaron de forma masiva muchos kilómetros de calles en Madrid.
Impulsando la iluminación en España.
En los años 60, el deseo de promocionar a España como destino turístico internacional, llevó a la administración pública a hacer un nuevo esfuerzo para reforzar la iluminación urbana tanto de las calles como de las fuentes ornamentales. En este proceso, se probó tecnología innovadora como la llamada “bujía-sol”, con gran potencia lumínica, o las lámparas de gas xenón.
A medida que el parque automovilístico crecía, la regulación del tráfico se transformaba. Desde finales de los años 60, la revolución de la electrónica en los reguladores fue un paso más allá: se pasó del relé a los circuitos con transistores, de estos a los circuitos integrados con lógica digital y de ahí a los microprocesadores. Esta revolución, que se produjo en todos los ámbitos (telefonía, televisión y radio, informática, etc.), permitió que en los años 80 se pudiera abordar un plan mucho más ambicioso para la regulación del tráfico de la ciudad de Madrid. Se trataba del Plan Recta (que más adelante se llamaría Recta 0 por su continuidad posterior). El objetivo era la mejora y actualización de la Red de Regulación Semafórica del Tráfico en la ciudad, incluyendo la creación de un centro de control.
posteriormente con los Recta 1 y Recta 2, que se ejecutaron entre 1990 y 1996, y expandieron la regulación centralizada del tráfico fuera de la almendra central de la ciudad, más allá de la M30. El centro de control, que trabajaba con algoritmos de selección y generación de planes de tráfico, empezó a implementar adicionalmente sistemas autoadaptativos y microregulación en cruces.
La experiencia y las mejoras realizadas en Madrid se trasladaron a otras ciudades de España como Gijón, cuyo proyecto de centralización del tráfico de 1992 aglutinaba en un mismo centro de control tanto la gestión del tráfico de la ciudad como las comunicaciones de la Policía Municipal y servicios de las empresas municipales del agua (EMASA) y del transporte público urbano (EMTUSA).
SICE continúa trabajando en tareas de mantenimiento preventivo y correctivo y en la modernización de las instalaciones de más de 100 grandes poblaciones de España, gestionando también la centralización del tráfico para muchas de ellas.
